Antes de meterse en la cama se prepara para las caricias de su amante, recolocándose con cuidado los lunares de la espalda.
Como ya sabréis (o si no os lo imaginaréis al ver la periodicidad de publicación de entradas que llevo en los dos últimos años) estoy atravesando una racha de apatía literaria, o lo que es lo mismo, no me siento muy inspirada para escribir. De hecho, éste es el primer microrrelato que escribo este año. La cosa es que como lo escribí el día 29 del mes pasado, pensé en mandarlo al concurso mensual que organiza La Microbiblioteca y mi sorpresa ha sido mayúscula al ver que mi micro ha quedado finalista del mes de abril. ¡Estoy súper contenta!
Y como creo que gran parte la culpa de que me haya animado a escribir (aunque haya sido tan poquito) es debida a mi asistencia a la "V Megaquedada Microrrelatista" (por allí me pasé un rato) quiero dedicar el cuento a mi gran amiga Puri Menaya, ¡gracias Brujilla!
Bueno, pues por aquí seguiremos... :)