domingo, 29 de abril de 2012

Semana del libro: "Tres obsesiones literarias"

En general tiendo a ser bastante maniática. No llego al extremo de padecer TOC, pero sí hay pequeñas cosas que no puedo evitar. Compartí unas cuantas hace un tiempo con vosotr@s, pero todavía tengo más...(a lo mejor me lo tengo que hacer mirar).  En lo que respecta al mundo de las letras, aquí van tres manías:


  • No puedo salir de casa sin mi Moleskine: no entiendo por qué, porque muchas veces, cuando se me ocurre una idea, me da pereza sacar la libreta para apuntarla. En este caso, me repito a mí misma mentalmente la ocurrencia hasta que la asimilo y horas, días incluso, más tarde, paso a registrarla en la libreta si no la he escrito antes en el ordenador. Creo que me gusta llevar siempre encima mis cuentos, junto con un boli, por si las moscas o porque llevarlos siempre conmigo es la única forma de no perderlos (soy tan desastre...). Desde hace un tiempo no me siento muy inspirada para escribir mientras viajo, pero oye, nunca se sabe. Como veis, soy un poco absurda... 
  • Firmas: me encanta tener firmados todos los libros que tengo. Por supuesto no tengo ni la mitad autografiados, pero me produce una gran satisfacción contar con libros dedicados. Para mí los hace más cercanos, más personales. Siempre que llega la feria del libro de Madrid, doy un repaso a todos los autores y si tengo algún ejemplar de alguno y me cuadra la fecha, allá que voy a por un autógrafo. Sigo pensando que en algún momento debería hacer una entrada con todas las dedicatorias que tengo...
  • Cotilleo y deducción: esto es algo que no puedo evitar. Siempre que en el metro se sienta alguien a mi lado que va con un libro, tengo que intentar averiguar qué libro está leyendo. Me fijo sobre todo en el nombre de los personajes y si no aparecen en la página en cuestión, me leo un párrafo entero, con mucho disimulo, a ver si lo identifico. La mayoría de las veces no tengo ni idea de qué libro es, pero cuando consigo identificar alguno, gano un minipunto. Lo peor es que, cuando no sé el libro, tengo que ingeniármelas para ver el título y esto no siempre es tarea sencilla. O bien hay que hacer contorsionismo (sutilmente, claro) o agudizar la vista para leer la portada cuando el lector se levanta. Últimamente es casi imposible saber qué lee cada uno, puesto que la mayoría de lectores de transporte público utilizan ahora libros digitales y así el juego no tiene gracia. Antes podías saber qué libro era bestseller según el número de ejemplares que veías en el metro. Ahora, ni idea. 
Bien, pues ahora, para no sentirme tan bicho raro, me molaría que compartieseis conmigo esas manías literarias vuestras. Recordad que no hay censura, así que sacad a la luz vuestras obsesiones más perversas...juajuajua (risa maligna).
Bueno, pues con este post termina la semana literaria de "No me vengas con historias". Espero que la hayáis disfrutado... 
¡Hasta pronto, Cuentistas! :)

7 comentarios:

  1. Me han encantado estas confesiones... Coincidimos en muchas. Tenemos que pasar juntos por la feria del Libro este año.

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  2. Confieso que a mí me pasa lo mismo. Cuando viajo en tren o en autobús y mi compañero de asiento está leyendo, no puedo parar hasta enterarme de qué libro se trata. Y si hace falta se lo pregunto directamente. Cualquier cosa antes de quedarme con la curiosidad insatisfecha.
    Tengo varios libros dedicados por sus autores, entre ellos: El jinete polaco de Muñoz Molina, La sirena varada de José Luis Sampedro y La pasión turca de Antonio Gala. Los guardo como un tesoro.
    Un último apunte: Cuando me dispongo a leer en casa, necesito un silencio absoluto a mi alrededor.

    Un abrazo.

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  3. Pues la verdad que todos tenemos alguna:
    Cada vez que viajo dejo un dibujo con algún párrafo escrito en algún rincón de esa ciudad, me gusta pensar que hay parte de mí que se queda allí. He viajado bastante aunque aún queda mucho mundo que recorrer pues no soy tan viejo.
    También, aunque parezca algo rarillo, me encanta oler libros usados, prestados por amigos o sacados de la biblioteca, me trasporta a un momento que mi imaginación se ocupa de evocar. Hace poco leí "El perfume" de la biblioteca y olía a flores, os lo prometo. Me acompañó toda su lectura, a cada vuelta de hoja.
    Y por ultimo, aunque no lo sea, está relacionado otra vez con la biblioteca: recorro sus pasillos aguantando la respiración y cuando no puedo aguantar más o la gente se preocupa por mi azulada piel, lanzó mi mano que recoge un libro al azar. Naturalmente no salgo de la zona novelesca y muchas no he podido ni terminarlas debido a falta de interés, pero algunas me han descubierto verdaderas joyas.
    Sí, estoy loco, pero si no llenamos nuestras vidas con estas demencias el camino ya se sabe donde acaba, prefiero seguir aguantando la respiración de vez en cuando. Un saludo y gracias por esta semana ;)

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  4. Yo, Marina, es que los libros se los tiro a la policía. No sabía que servían para otra cosa.

    Besos payasos.

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  5. Compartimos dos, no salgo de casa sin mi libreta, la Moleskine se queda en casa, la que llevo en el bolso me la regaló mi hija, más manejable y siempre encuentro algo que anotar. Y lo de cotillear lo que leen los otros en el bus o en el metro también, pero como dices últimamente se ha puesto muy dificil, cada vez se ven más libros digitales. Y además arrastro otra manía, no hay ninguna habitación en casa que no tenga alguna torre de libros, pero es que ninguna se libra, es normal que parezca tan desordenada, pero bueno.

    Besitos

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  6. a ver T.O.C. T.O.C.:
    Llevo libreta de papel, sí. Y anoto, anoto. Y si leen lo que escribo, miro fijamente. Estoy vieja no me haga caso, Marina, es la edad. juaz
    No puedo salir de casa sin un libro, o dos en su defecto, en el bolso y un lápiz porque los escribo y gloso. Insufrible. Si me olvidé el lápiz, entro a una librería sin más.
    Mi mesa de luz tiene una torrecita de libros.
    Lo mejor que vi hasta ahora es libros en un baño de casa ajena. Confieso que eran de los buenos así que en cuestión de manías...
    Beso grande!

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  7. Pues parece que son manías bastante comunes, especialmente la de cotillear lo que leen los demás,también llevo libreta y me acabo de dar cuenta de que tengo libros en todas las habitaciones de la casa, hasta en la cocina y el baño, incluso en la entrada tengo un cuadro de una librería de segunda mano, igual tengo que consultarlo, ja, ja

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