Hace unos días salió el número cinco de la revista literaria "
La esfera cultural" y resulta que la colaboración que mandé ("
Aguas subterráneas"), junto con el dibujo de
Segismundo Rey, han sido incluidas en la publicación. Debería estar contenta pero en el fondo estoy un poco disgustada. Soy consciente de que la entrada de hoy será un tanto polémica (y larga, aviso), pero me gustaría compartir mi opinión con vosotros.
Creo que, como la mayoría de gente que escribe, soy vanidosa. Me gusta verme publicada porque es como un sueño materializado y me sirve, entre otras cosas, para que mi abuela presuma de nieta. Siempre tengo proyectos de escritura en la cabeza pero, desgraciadamente, todos son a largo plazo, puesto que ahora no puedo dedicarles el tiempo que requieren. Para mitigar un poco esta ansiedad pensé, hace unos meses, en mandar colaboraciones a revistas culturales. La primera en la que me fijé fue en "
La esfera cultural", porque me había mandado invitaciones anteriormente para participar en su revista. Me metí en su web y vi que su lema era el de "la difusión de la literatura" y que no tenía ánimo de lucro, así que se adecuaba bien a mis intereses, que no eran más que colaborar con revistas que trabajasen "por amor al arte". Vi que los números de la revista estaban en formato digital para que todo el mundo pudiese descargárselos y me pareció genial, así que le pedí a Segismundo que mejorase el texto con un dibujo y les mandé nuestra colaboración. Tiempo después me di cuenta de que tenían una edición en papel no gratuita y esto ya no me parece tan bien...
Hace unos meses tuve una conversación sobre este tema, el de la colaboración con revistas online, con Hank Moody, que me hizo darme cuenta de una serie de cosas en las que hasta la fecha no había pensado, y una de ellas era lo poco que valoramos los Cuentistas nuestro trabajo por el hecho de ser publicado virtualmente. Y tiene razón. Muchas veces, sólo por la satisfacción de vernos publicados "de verdad", mandamos textos a revistas que se venden sin obtener nada más a cambio, es decir, cedemos los contenidos, que es lo realmente importante de una publicación, nos hacen comprar el ejemplar y encima tenemos que dar las gracias. Aquí hay algo que falla.
Tendemos a pensar que por publicar en un blog o una web, nuestros escritos valen menos que los publicados en papel y esto no es cierto. Es una idea que viene asociada a la descarga de contenido online: si no es tangible entonces tiene menos valor porque es fácil de consumir sin tener que pagar por ello. Cuentistas, esto no es cierto, es sólo que se está produciendo un cambio en el formato de los contenidos, ni más ni menos, y somos nosotros los encargados de no menospreciar nuestra obra. Por eso, cuando veo que se falla un concurso en el que el premio es la publicación del texto y luego los ganadores tienen que comprar el ejemplar, no puedo dejar de pensar en timos. Lo mismo me ocurre con las revistas digitales que trabajan "por amor al arte" y que luego no son tal. Ojo, estoy hablando de las revistas que se venden, jamás de las que publican digitalmente y ofrecen gratuitamente su contenido (ambas cosas al mismo tiempo).
Cuando descubrí que había sido publicada en la Esfera y que la revista se podía comprar, pero no descargar, me puse en contacto con ellos para solicitar que me mandaran un ejemplar gratuito. Muchos aquí se llevarán las manos a la cabeza y pensarán que soy una diva o qué sé yo, por atreverme a pedir un ejemplar como compensación cuando tanta gente colabora desinteresadamente. Jamás de los jamases se me ocurriría hacerlo de ser, como he dicho antes, de tratarse de una publicación gratuita, pero claro, un número cuesta 6€ más 3€ de gastos de envío, 9€ en total y no tengo muy claro que no haya otros beneficios, además del cultural. Pues bien, uno de los miembros de la editorial, Francisco Concepción, me respondió amablemente que en la revista trabajaban unas 100 personas sin retribución y que la edición en papel se vendía como capricho, para ver los textos impresos en papel. También me señaló que de esta edición se venden unos 10 ejemplares y que realmente eso no les compensa los gastos que tienen ni el tiempo que le dedican, que ellos "trabajan por amor al arte" (me lo puso en negrita y en mayúsculas, para que me quedase claro). Me pidió también que meditase sobre si realmente me tendrían que mandar un ejemplar gratuito a mí y al resto de personas que ayudan a que la Esfera salga adelante. Yo lo medité y mi respuesta fue un "Por supuesto que sí".
Ahora paso a explicar mis motivos. No tengo ni idea de cuánto cuesta (económicamente) hacer una tirada de revistas en "La esfera cultural" (sí me puedo imaginar la cantidad de horas que le echan), porque no sé cuántos ejemplares imprimen y no he tenido una entre mis manos, así que no puedo saber la calidad del papel ni de la impresión, pero sí sé que hay que hacer una tirada grande para que salga medio barato hacerla y no creo que la venta de 10 ejemplares (aunque en el email, el señor Concepción hablaba de "cajas de revistas" y eso no me cuadra con la media de venta que me comentaba) compense realizar este tipo de edición. Una cosa es querer difundir la cultura (que es una labor muy noble) y otra muy distinta es perder dinero a espuertas, como creo que me querían dar a entender. Si la impresión de la revista costase 6€ no tendría nada que argumentar, porque entonces la venta de la revista serviría para cubrir los gastos de la imprenta y nada más. Yo aquí no diría ni mú. Pero es que en la web encontré
una sección en la que se explica el por qué se vende la revista. Cito textualmente:
"Financiamos la maquetación de la revista, la impresión, el tiempo empleado en la gestión de aglutinar, seleccionar, coordinar y administrar contenidos y participantes." Luego en 6€ están incluidos los gastos de impresión y todo lo demás. Y digo yo, si realmente trabajan por amor al arte...¿por qué cobran "todo lo demás"? Es decir, si yo hiciese una revista y trabajase por amor al arte no cobraría el tiempo empleado en seleccionar textos, ni coordinar a los participantes ni los contenidos, ni en maquetarla, porque todo eso cuesta tiempo, que no debe cobrarse si se trabaja "por amor al arte", ¿no? Desde mi punto de vista, la diferencia de precio entre la impresión y el precio de venta de la revista, convierten a la Esfera en una editorial normal y corriente, con la salvedad de que no pagan por el contenido que publican. Y si todo es todo tan desinteresado, ¿por qué no se saca antes la edición digital gratuita que la de pago (o al menos de forma simultánea)? Por todo ello, deduzco que sí que se saca algún tipo de beneficio económico y por ello solicité un ejemplar gratuito para mí y para todos los que hayan colaborado en este número de la revista. Si de este modo no compensa hacerla en papel, deberían hacerla sólo en formato digital o buscar ayudas estatales/municipales que les permitieran hacerla sin pérdidas. Supongo que si lo hicieran de este modo perderían una gran parte de las ventas. Me juego algo a que la mayoría de ejemplares van a parar a manos de los autores que han contribuido con su creación y eso me indigna. Me indigna que tenga que mendigar un ejemplar y que no sea algo que la editorial de por supuesto, como detalle para con sus colaboradores. En la mismo enlace que os puse antes, decían "....e incluso podríamos hasta regalar la revista. Pero otra cosa es tener que pagar por los gastos de envío de la revista" . Yo les dije que eso me parecía justo y que si tenía que pagar por los gastos de envío lo haría porque no es un coste directo asociado a la publicación, pero ni por esas...
En resumen, que algo aquí no me huele bien. A lo mejor estoy pasando por alto pero no he recibido aclaración ninguna por parte de Francisco (o cualquier otro miembro del comité de la editorial) que me dio, amablemente, largas, diciendo que respetaban y valoraban mi opinión, pero que su estrategia debía ser la acertada cuando tienen tanto respaldo tras ellos en forma de colaboradores, amigos, lectores y visitantes.
Seguramente esté equivocada, pero oye, éste es mi blog y esta mi opinión, con los datos de los que dispongo. En el fondo la culpa ha sido mía por no haberme informado bien antes de mandar mi colaboración, pero a partir de ahora miraré con lupa cualquier publicación con la que me decida a colaborar para no volverme a llevar sorpresas. Y vosotros, Cuentistas valorad dónde enviáis vuestros textos. Encontraréis gente seria, gente que quiera aprovecharse de vuestra ilusión, gente que solamente quieran compartir con el mundo una pasión común. En función de vuestra intención sabréis qué hacer. Si queréis cobrar por escribir, buscad revistas que compartan los beneficios entre sus autores (es muy probable que el beneficio no os de ni para pipas, os aviso) y si queréis colaborar con revistas que sólo buscan difundir la cultura aseguraos de que realmente son coherentes y respetan esa idea que tenéis en mente. Y por favor, no penséis que por publicar en formato virtual vuestra obra tiene menos valor que la de las personas que lo han hecho en papel.
Siento haberme enrollado tanto, ya sabéis que me gusta ser más breve...
¡Hasta pronto, Cuentistas!