La he escuchado hace tan sólo unos instantes: la melodía más hermosa que jamás he compuesto, mi gran obra maestra. Ha nacido de mis manos, sin duda, pero mis dedos se movían solos al compás de una música difícil de reproducir. ¿Qué nota era? ¿Un si mayor? Las teclas no parecen ahora iguales porque, pese a que sigo tocando con la misma intensidad, ni siquiera suena parecido. Quizá sea cosa del ritmo… Acelero el tempo, bajo por la escala y comienzo a introducir en el pentagrama corcheas, semicorcheas, fusas y semifusas. El metrónomo se dispara, la clave de sol alcanza la luna y ese sonido maravilloso vuelve a brotar de tus labios, un tono más agudo: un auténtico y perfecto sí sostenido.
Bueno, pues éste es el segundo ejercicio que realicé en el taller de microliteratura erótica. Fue tachado de no erótico por mis compañeros de curso y mis profes con toda la razón del mundo. A mí de todos modos, sea erótico o no me gusta. Creo que conseguí buenas metáforas aunque un texto erótico no debería abusar de esta forma de este recurso.
"Nocturno de Chopin" fue posteado hace unos meses como texto inédito en el Vendaval de Microrrelatos 2013, así que es posible que alguno de vosotros ya lo hubiese leído... En fin, a ver si me animo y publico los otros tres textos ;)
¡Hasta pronto Cuentistas!
Yo diría que es erotismo inteligente. Es muy sutil, pero la carga erótica la lleva. Al menos para un ignorante como yo.
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