La época de celo ha llegado por fin a la colonia. Observen como nuestro macho se aproxima hacia la hembra, con andares algo torpes. Su danza de cortejo y su aspecto poco convencional no parecen impresionarla. Pobre criatura, ya son quince los rechazos que ha sufrido en lo que va de mañana. La vida sobre el hielo no siempre es fácil para el joven humano, por mucho que haya sido criado entre pingüinos.
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Con este micro, reescrito a partir de una idea que tuve para la última edición de las Microjustas, termina la Cuentividad, pero sólo hasta el año que viene :P
Espero que los Reyes se hayan portado bien con vosotros. Yo os tengo preparado un regalito, pero os lo daré a lo largo del finde, que me ha pillado el toro y en estos momentos estoy en Londres.
¡Guardadme un trozo de roscón!
Siempre es un placer pasar por tu Blog. Afortunada tú que estás en Londres. Buen viaje. Un saludo y buena entrada de año.
ResponderEliminarVuélvete pa España, chiquilla, que el frío británico te está robando el arte.
ResponderEliminarBss
Que disfrutes de tu viaje...
ResponderEliminarBesitos
¡Pobrecito homo-pingus! No se come una rosca con las pingüinas ¡jeje!
ResponderEliminarUn abrazo.
Muy bueno este micro. Dice lo que dice pero sugiere otras muchas cosas.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo,
P
Je, je , lo he reconocido enseguida. Bien trabajado.
ResponderEliminarSaludos a la Reina madre, que creo que andas por Londres
Me encanta el micro, veo mi torpe movimiento en el hielo, suplicando un beso pinguino, jejeje
ResponderEliminarUn abrazo!
preciosa aunque triste historia del pingüimano
ResponderEliminar