viernes, 7 de octubre de 2011

¿Existen los lectores especializados en microrrelato?

Es lo que me vengo preguntando desde hace algún tiempo. 

De vez en cuando les muestro a mis familiares algunos de mis micros para conocer su opinión y la gran mayoría de las veces me miran con cara de póker: "No lo entiendo". Yo les digo que no importa, que me digan lo que han interpretado, porque parte de la base de los hiperbreves es encaminar al lector, sugerirle una historia. Muchas veces se encogen de hombros y niegan con la cabeza. Es entonces cuando les explico un poco lo que pretendía transmitir (esto comparable a explicar un chiste, pierde la gracia), a lo que ellos suelen responder con un "¿En serio dice aquí eso? ¡Cuánta imaginación tienes!".  A mí esto me frustra un poco.

Sé que muchas veces, los microrrelatistas pecamos de crípticos. Bien porque intentamos meter varias ideas en un micro (aunque yo soy de la opinión de que un micro debería llevar asociada una sola idea y solo una) o porque nadie mejor que nosotros conoce lo que queremos decir y nos parece tan obvio que no revisamos los pequeños detalles. Sin embargo, cuando paso el mismo texto a un lector que lee habitualmente este tipo de escritos tan cortitos, suele coger la idea a la primera (bueno, o a la segunda o tercera, pero el caso es que le es más fácil llegar a interpretarlo). Esto me lleva a pensar que nos estamos acostumbrando a leer microrrelato y no sé si eso será bueno o malo.

Por una parte, el ser un "experto" lector (creo que lo llamaré en adelante "microlector"), permite apreciar mejor los detalles del microrrelato, pero por otra parte lo convertiría al microrrelato en un género minoritario y eso ya no me mola nada. Por otro lado, el "microlector" se espera de antemano un giro final, así que puede perderse esa sorpresa final que caracteriza muchos cuentos breves. Si esto ocurre pueden pasar dos cosas: que el escritor sea aún más críptico para perseguir esa sorpresa (los lectores habituales llegados a este nivel se vuelven ya locos del todo) o que el escritor se centre en otros aspectos del texto que no estén relacionados con el giro final, como una buena narración o el centrarse en la descripción de una escena determinada (esto de la necesidad o no del giro final me da para otra entrada, larga, larga) 
Yo ahora hay micros que recuerdo que en su día me encantaron y que releo ahora y pienso "uy, ¡qué predecible!" o "pues tampoco era para tanto"...

No sé, estoy un poco confusa. ¿Es malo un microrrelato que no entiende el lector habitual? ¿Se está convirtiendo el microrrelato en un género "elitista"? ¿Debe haber una evolución en el "microlector"? (Por supuesto me estoy refiriendo siempre a micros de temática general, no a aquellos que sólo podrían entenderse si uno es experto en la materia). ¿Me estoy volviendo gafapasta sin tener ni puñetera idea?
¿Qué opináis vosotros? 

12 comentarios:

  1. Al margen de lo interesante que me ha parecido todo lo que expones en esta entrada, te diré algo que seguramente ya sepas, o no. Tú piensas diferente. Un detalle en las Microjustas me hizo ver que tú no das por hecho que las cosas tengan que ser lo que parecen o como parecen. Creo que eso juega a tu favor en cuanto a originalidad y creatividad.
    Vale. Dicho esto la opinión que tengo en este momento, y que tal vez en unos meses sea otra, es que tal vez el hecho de escribir microrrelatos nos empuje a ser más breves, exactos y concisos; a ir al grano sin perder tiempo en florituras que no hacen falta porque las palabras bien escogidas no las necesitan. Tal vez acabaremos considerando el microrrelato como un lenguaje codificado que solo nosotros, practicantes, sabemos descifrar.
    A mí me gusta escribir microrrelatos. Las Microjustas me han enseñado a podar la idea hasta dejarla uniforme (o eso creo yo, vaya). Mi gente no lee nada mío apenas, ni ganas. Esto es mío, la escritura es mi reducto privado. Y desde que empezaron las Microjustas he escrito muchas cosas, unas han pasado la criba y otras se han quedado en el camino porque después de unos días me han dejado de gustar o de convencer. Días, semanas, meses...supongo que cada uno tiene su ciclo de repasar y decidir si algo conserva el encanto que parecía tener cuando fue escrito o no. No sé si te sirve de ayuda este rollo, la intención era participar y abrir la brecha. Un saludo! :)

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  2. En mi opinión, el mayor problema que acucia al microrrelato no es tanto si los lectores son un grupo más o menos elitista, cosa que además está fuera del alcance de los escritores, sino su crecimiento geométrico y desmesurado. Cuando un lector —cualquiera— termina una novela o un relato, puede que le haya gustado, puede que no, puede que ni siquiera haya entendido bien de qué iba, pero desde luego lo que no se le viene a la cabeza de inmediato es «Yo también soy capaz de escribir una novela».
    Aunque no soy amigo de las frases lapidarias, en este caso me apropio de una que he leído ya en varios blogs: «El microrrelato está muriendo de éxito». Ahora nacen blogs y páginas y grupos de escritores de micros como las setas en otoño, y eso hace que la calidad promediada de lo que se escribe sea mucho menor. Como consecuencia directa, los lectores potenciales que se acercan al mundo de la microliteratura se encuentran de todo menos relatos: reflexiones, chascarrillos, frase hechas, chistes, obviedades, versiones de versiones, etc. No debe extrañarnos, por tanto, que muchos de ellos desistan a la primera y tiendan a calificar el mundo de lo breve de «raro» o «ilegible». Y no les falta razón.
    Ahí sí tenemos gran parte de culpa los escritores, porque tendemos —en una especie de reciprocidad falsa y gratuita— a felicitar y engrandecer a nuestros iguales por trabajos que no lo merecen en absoluto, lo que genera automáticamente una realimentación de lo malo, una creencia sólida de que lo estamos haciendo «bien», y de ahí en adelante ya no hay quien pare la bola de nieve: más micros mediocres, más escritores que no lo son, más blogs de baja calidad y un alejamiento inevitable de los posibles lectores.
    Imagino que esta reflexión os la habéis hecho ya más de uno, pero es raro verla publicada, y mientras nos hagamos los sordos y los ciegos ante ella, estaremos colaborando a empobrecer este mundo que tanto nos gusta. Y seremos nosotros mismos los que matemos a la gallina de los huevos diminutos.

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  3. Poco más se puede añadir a las palabras de Hank. Sólo hay que pasearse por la blogosfera, los espacios de microrrelatistas crecen de forma exponencial, y nos vamos convirtiendo en una bola inmensa que rueda por la pendiente del precipicio, sin control y a una velocidad de vértigo. La mayoría, en la que me incluyo, llamamos microrrelato a todo aquello que es breve, y en muchos casos nada tiene que ver con un micro, no hay historia, ni trama, ni personajes. En algunos casos es prosa poética, en otros reflexiones personales, sensaciones, impulsos. Nos enlazamos unos a otros, creamos grupos, cofradías, que van cerrando el círculo. Nos retroalimentamos, y estamos creando un mundo aparte, nuestro, que se va diluyendo en ese alud que sigue su camino desbocado. Acuática, interesante reflexión, que nos debería de interesar a todos. Todo ello sin olvidar que estamos aquí para pasarlo bien, que cada uno escribe lo que quiere, lo que siente, lo que le gusta. Que leemos y opinamos libremente, claro, pero llenos de formalismos sociales, de normas de reciprocidad no escritas…A veces hay que parar y sentarse en un saliente del camino y respirar hondo, antes de continuar la marcha. Sí, interesante reflexión, necesaria, puede que haya llegado el momento de pararnos.

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  4. Yo no creo que exista el microlector. El único ejemplo que puedo poner es mi mujer. Mi mujer no lee micros (en general) y por tanto no suele leer mis micros, pero cuando me han llamado de ReC sí que los ha leído previamente y ha hecho críticas bastante interesantes. Simplemente no le interesa el género. Somos de una generación que ha crecido con la publicidad, el videoclip, internet, etc; estamos acostumbrados a lo breve, a lo fugaz. Por eso creo que cualquiera puede apreciar un micro. Otra cosa es, como apuntan Hank y Xavier, que nosotros mismos estemos instaurando lo vulgar como canon mediante el feedback diabético. Eso es algo de lo que me quejaba hace tiempo, pero una también se cansa de ser San Juan y clamar en el desierto, sobre todo cuando le dan palos por hacer críticas.

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  5. Amén..si lo dice San Juan Bautista habrá que preparar el advenimiento del Santo Jesús del microrrelato.

    Hank tiene razón pero San Juan Bautista ha cometido el mismo pecado por el que se rasga las vestiduras... y se ha comportado a veces de una manera contradictoria respecto a sus Principios Inamovibles dejándose llevar por la envidia y la mala baba con quien no lo merecia y comentando de forma pelotillesca auténticos truños... Seamos consecuentes... un poquito de por favor.

    Sí, comento de forma anónima porque me da la gana.

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  6. Acuatica, poco se puede añadir a tu reflexión y a los comentarios que han surgido. Sólo digo que todo es relativo, lo digo por el gusto. Creo en la literatura, en la buena, y el microrrelato es un género ideal para transmitirla por Internet. Se escribe, yo por lo menos, porque gusta expresar esas ideas "locas" que se llevan dentro. Como en todo en la vida habrá gente que lo entienda, otros no. Yo tengo amigos que sí, mi familía a veces no, y cosas así. Y en cuanto a lo que dice Hank poco que añadir, tiene toda la razón del mundo. Pero esto es libre, cada cual que lea, escriba y haga lo que quiera, mientras no se moleste al prójimo.
    Un abrazo.

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  7. Como diría el grande entre los grandes, «…parece que alguien se ha enfadado con alguien…»
    No os hagáis mala sangre, quienquiera que seáis: hablando es como se entiende la gente, y para eso estamos aquí ;-)
    Un abrazo

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  8. Estoy contigo, a mi también me pasa entre familiares y amigos.
    Creo que la comparación inicial que haces con el chiste es una de las claves.
    También pienso que leer microrrelatos requiere una práctica porque son demasiadas en cosas en muy poco espacio y para ello una mente debe estar algo entrenada.
    Se trata pues de enseñar al lector mediante la difusión del género.

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  9. Yo te dejo aquí mi opinión: en particular, me gustán tu microrrelatos. Respecto a que algunos no los entiendan, tienes que ver que el lenguaje utilizado en un micro es pulido palabra a palabra, en cada coma hay un abismo y no te digo nada de unas "comillas". Esto, entre otras cosas, es un leguaje que como todos hay que aprender. Si yo no tengo ni p** idea de francés, no se me ocurre leer a Baudelaire en su lengua materna y esperar que entienda su contenido.
    Ahora te cuento mis inicios en la lectura a microrrelatos, sin entrar en detalles, me atrapó verdaderamente cuando intenté escribir uno. Buff! escribí más bien un párrafo sin continuidad... Luego entendí esas frases que otros me mostraban como obras de arte, entendí y me perdí en ese corto texto que era una puerta a un mundo completo. Bueno, como respuesta te digo que sí hay lectores especializados, pero no nacen, se hacen...

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  10. Buena entrada, buenos comentarios. Valiente y honrada. Total con Montse pero sin el "tal vez..."; es un lenguaje codificado: el género lo propicia. Hay que estar entre los iniciados. Por lo que escribo y enlazo me conoceréis. Rasca bien en la herida Hank..., y añadiría: Yo te enlazo, tu me enlazas, ¡¿él no me enlaza¡? Habría que suprimir los comentarios como medida higiénica; tanta vaselina, tanto almíbar...: Trasunto del encuentro entre el escritor y sus lectores, en los blogs me recuerdan al desodorante Rexona, " tus comentaristas no te abandonan." Horror vacui: Si no me comentan, no existo.
    Crisis micro: Producción coste cero, oferta y demanda infinitas. No habrá muerte, solo superproducción.
    Existen, eso sí, urbanizaciones selectas con vistas a los mejores blogs... Nos vemos en el club social: "Página de comentarios."
    Perdón si a alguien he molestado...

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  11. Voy a intentar dar una explicación un poco densa del asunto, tal y como yo la veo.

    Los microrrelatos que he leído en Internet desde hace unos años han ido construyendo una gramática propia. Cuando digo gramática, no me refiero a la gramática de la lengua, sino a las normas de codificación y descodificación propias de un género, que también se llama gramática. Todos los géneros de todas las artes tienen una gramática propia, y los consumidores de esos productos desarrollan, con el consumo, un conocimiento de esa gramática que les permite comprender la totalidad de esa obra (texto, cotexto, contexto, tropología y demás).

    Esto ocurre siempre, normalmente de manera inconsciente. Un ejemplo. Seguro que la primera película japonesa que vimos en nuestra vida nos dejó a todos descolocados, porque no terminábamos de entender su gramática, muy diferente a la anglosajona, que es la que consumimos de forma más típica. Sin embargo, con sucesivas películas, entramos en el lenguaje, la cultura, la semiótica y los demás localismos que hacen su gramática diferente, hasta que la comprendemos y descodificamos de manera automática.

    La gramática del microrrelato tiene unas peculiaridades que no permiten que sea accesible a todo el mundo. ¿Esto es elitismo? Bueno, si y no. Me explico. Los microrrelatos están basados en buena medida en la intertextualidad. La práctica totalidad de ellos hace referencia a elementos culturales exteriores al mundo del relato (mitos de la cultura clásica; anécdotas o hechos históricos; libros, cuentos, cómics, películas ya sea en lo que se refiere a tramas o a personajes...), es decir, es un género literario muy dependiente de la referencia.

    La mecánica de muchos microrrelatos se basa en sintetizar un referente en pocas líneas. Los procesos que te llevan a sintetizar ese referente de esa manera pueden ser conscientes o inconscientes, pero son TUYOS. Cuando dices que muestras tus microrrelatos a familiares, ves que "algo falla en la comprensión". Bien, el problema está en que el referente que has utilizado o el proceso que te ha llevado a sintetizarlo en ese texto es imposible de descodificar. Les falta información.

    Y es que, al ser un género con un texto tan breve, toda la información cotextual y contextual que conecta el texto codificado al referente... bueno, no existe. No pueden entender la gramática del microrrelato porque, al ser un género puramente intertextual, su gramática depende de información que solamente tiene el autor, y que se basa en su experiencia personal.

    Como los autores suelen publicar en blogs interconectados, esa experiencia, más o menos, es compartida de forma grupal por los microrrelatistas, y por eso, y no por ser una especie de nueva élite literaria post-gafapastil, el microrrelatista sí que entiende rápidamente la gramática (habláis de los cuentos y novelas que os gustan, publicáis los libros que habéis leído, vuestra visión sobre la literatura y las artes en general...), es decir, que exponéis esos procesos ocultos al resto de lectores.

    Todos los géneros tardan un poco en entrar, y todas las gramáticas tardan un poco en asentarse en el cerebro. Pero, si el consumo es más o menos continuado, al final cuajan. Es como ir a un museo de arte vanguardista totalmente ajeno a la época, el contexto y los motivos de los autores para hacer "eso". No entiendes referentes ni procesos de síntesis, y sales de allí con la sensación de que te han robado una mañana. En cambio, alguien de Historia del Arte, que conoce época, autores, referentes y procesos, "lee" y entiende esa forma de expresión.

    Por último, todo esto es independientemente del gusto. Esto es algo más personal, pero tiendo a disociar el "¿te gusta?" del "¿lo entiendes?". Creo que no es necesario entender algo para que te guste. Un microrrelato puede gustar sin que se comprenda la intención del autor, por la musicalidad y la eufonía de su texto, lo sugerente de sus locuciones, etc.

    Perdón a todos por el tocho.

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  12. Yo creo que el lector no existe. M explico, es un ente al que no conocemos (nadie de mi entorno habitual es capaz de seguir mi blog, ahora ya sí pero claro mi entorno se ha modificado a otros locos).
    Yo ultimamente he leido algunos textos en público y gusta el género. Es lo importante. Vamos que son tres oyentes pero si a uno le gusta.
    Hay que ser feliz con lo que se hace y esto no es trabajo y seamos realistas no lo será nunca pero la vida es más que trabajo y esto es vida.

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