A lo largo de la carrera he estudiado los distintos ciclos de vida que presenta un proyecto (no os preocupéis que no voy a impartir una clase de ingeniería del software) y antes, no me preguntéis por qué, le he estado dando vueltas al tema y he pensado en su aplicación al mundo de la escritura.
Escribir, ya sea un microrrelato, una novela o un poema, tiene un proceso. Supongo que cada escritor sigue uno distinto, pero creo que todos comparten una serie de etapas comunes. Os pongo como ejemplo el caso más típico: el ciclo de vida en cascada.
Este modelo defiende la existencia de una serie de fases lineales (diferentes según la documentación que consultéis, pero la esencia es la misma): análisis de requisitos, diseño, implementación, pruebas, validación, instalación, aceptación y mantenimiento.
- Análisis de requisitos: si el microrrelato se escribe con idea de presentarlo a un concurso, en esta fase habría que consultar el número de palabras permitido, el tema, el plazo de entrega, etc. Si no es para concurso, aquí tan sólo habría que plantearse qué es lo que queremos escribir y si estamos siguiendo algún tipo de entrenamiento/ejercicio también podemos imponernos las palabras en las que debemos hacerlo o el tiempo que vamos a dedicarle.
- Diseño: en esta etapa debemos pensar un poco en la estructura, en el formato y en el enfoque. También en si queremos meter alguna palabra/frase concreta para hacer algún tipo juego dentro del texto.
- Implementación: o lo que es lo mismo, la escritura en sí.
- Pruebas: este estadio sería el dedicado a las correcciones. Aquí veríamos si necesitamos sustituir palabras por sinónimos, si detectamos rimas no planificadas o si debemos realizar algún cambio en la estructura ("¡ey, esta frase quedaría mejor al principio!").
- Validación: ¿hemos conseguido lo que pretendíamos? (Revisar la fase de "Análisis de requisitos"). Si la respuesta es negativa, habríamos construido un prototipo (en ese caso estaríamos en un ciclo de vida con prototipado) y tendríamos que comenzar desde el principio. En teoría, deberíamos haber aprendido de los errores para la realización de la siguiente versión...
- Instalación: colgamos nuestro texto en un blog, en las manos de un lector o en lo más profundo de un cajón.
- Aceptación: en este estadio nos interesamos por las reacciones de los lectores. Si tenemos un blog, quedarán además registradas para la posteridad.
- Mantenimiento: quizá es posible tener que realizar pequeños cambios futuros. Si hemos "instalado" nuestro texto en un blog, es posible que gracias al feedback de nuestros lectores, detectemos qué aspectos podemos mejorar. Es muy difícil, al igual que en la vida real, que el proceso sea estrictamente lineal porque siempre querremos retocar algo y es inevitable una pequeña realimentación entre etapas.
Los que sean un poco puristas habrán observado que he alterado el orden de las etapas de instalación y validación, pero esta es mi adaptación al mundo del microrrelato (bueno, de la escritura en general) y difiere un pelín respecto del mundo software. Bueno, pues creo que con esto ya es suficiente "frikada" por hoy. Hasta aquí la metodología friki de la elaboración de un microrrelato. Espero no haberos aburrido mucho...
Ahora me interesa conocer vuestra opinión: ¿identificáis alguna de las etapas en vuestro proceso creativo?
¡Hasta pronto, Cuentistas!
Quizá todos sigamos una serie de pasos similares a los tuyos, aunque con nomenclatura diferente. Los míos, por lo general, son estos:
ResponderEliminarLa imagen
La primera frase
El giro
La frase final
La música
No siempre se aplican en ese orden, aunque el primero, la imagen, siempre encabeza la lista y es el motor que genera el relato. Una «imagen» puede ser una foto fija o una secuencia corta de fotogramas, pero siempre, en mi caso, ha de ser impactante. De la imagen surge la primera frase —la más importante del micro— y es ahí donde más tiempo me detengo, donde mido hasta las sílabas para que la música fluya. Y es precisamente esa música —que he colocado al final pero que acompaña todo el proceso— la que va generando el cuerpo del micro. Tú que sabes de esto, imagina una sinusoide fonética que recorre de la primera palabra a la última. Eso es la música del relato. El giro es tan imprescindible como el resto de etapas o elementos, pero casi es lo más fácil de conseguir. Y ahora ya solo queda cerrar; quizá lo segundo más importante y lo más peligroso a mi entender, porque las prisas o la falta de ideas nos pueden tirar por tierra todo lo anterior. Por lo general, el cierre será como una sutura de cirugía plástica: casi invisible pero sólido y duradero. De hecho, es lo último que le va a quedar en el paladar al lector, y debe ser un recuerdo firme y que haga bueno el conjunto.
Hala, ya he soltado mi rollo.
Acuática, visitar estas páginas siempre es un placer. Aquí aprendemos cada día. Ya se ha hablado en alguna otra entrada de ello, y no estaría mal que todos siguiéramos esos pasos y fuéramos capaces de diferenciar un micorrelato de otras cosas que no lo son -por supuesto me incluyo en ese grupo de malos aprendices-. Esta en nuestras manos dar valor a lo que hacemos, a lo que escribimos.
ResponderEliminarLuego llega Hank y nos da la segunda lección, con su maestría. Ahora sólo me queda cerrar el comentario pero no encuentro esa sutura necesaria. Que gracias a los dos...y un abrazo.
Jo chicos, qué interesante, me dejáis sorprendida porque yo creo que nunca lo había pensado.
ResponderEliminarEn mi caso creo que sigo más o menos los pasos de Acuática, y de vez en cuando me preocupo particularmente por alguno de los puntos de Hank.
A veces empiezo a partir de una imagen, y otras la imagen surge después de la primera frase, no siempre me preocupo por la música hasta que pasa un tiempo... porque, de algún modo, al principio todo me suena "bastante bien" (eso cambia más tarde).
Veo que tengo mucho que aprender de ambos, Marina me parece que tiene un proceso de escritura muy ordenado y riguroso (quizá no tanto y lo ordenado sea la "teorización" :-) y Hank se preocupa más del aspecto estético (musical).
En mi próximo micro os recordaré a ambos, a ver qué sale y si es un petardo os enviaré las quejas, jeje.
Besos
Yo no soy nada metódica y todo surge en un momento. No me he parado nunca a analizar el proceso, pero todo empieza con el primer estímulo sea una frase, una imagen o un sonido retumbando en la cabeza hasta que puedo acceder a un papel y un boli y todo sale así de sopetón como si estuviese en trance, como si el mundo dejase de existir hasta que todo lo que hay dentro sale...
ResponderEliminarNo creo que esto se pueda catalogar de alguna manera pero si tu eres capaz no dudes en decírmelo.
Gracias por dejarme ver la manera que se hacen las cosas.
Besos desde el aire
Acuática, poco que añadir a ese proceso vital de un microrrelato o historia. Sólo que las musas deben estar lúcidas y a uno que le agarre escribiendo. Y también si se decide concursar, es básico, a veces, recurrir a ese critico/a que dé su visión sobre el trabajo a presentar.
ResponderEliminarMe gusta que abras estos debates y los comentarios que suscitan.
Un saludo.
Menos mal que no escribo...lo mio es un zás...y ya está
ResponderEliminar:)
Besos!
Yo siempre veo una imagen, la mayoría de la veces como un final que alguna palabra o frase ha desencadenado y a partir de ahí intento crear algo, un cuento o micro... me sorprende leer otras formas de encarar la escritura, y me parecen muy interesante los metodos que empleais.
ResponderEliminarBesitos
Hola a tod@s
ResponderEliminarLo primero y más importante: muchísimas gracias por vuestros comentarios, que sin duda enriquecen este blog como ninguna otra cosa.
Lo segundo es aclarar que esta entrada no pretende crear un dogma ni unas líneas férreas que deban seguirse a la hora de escribir. Simplemente me apetecía hacer una analogía con los ciclos de vida que se dan en el mundo software así como en multitud de proyectos de ingeniería. La escritura, por tratarse de un acto creativo no siempre sigue un mismo proceso. Esta entrada pretendía aportar un punto de vista "ingenieril" al desarrollo de un microrrelato. Por supuesto, es lícito que lo use todo aquel que quiera. Supongo que está muy bien para aquellos que quieran ser metódicos, crearse un hábito y similar. Yo lo he utilizado en más de una ocasión cuando "me he obligado" a escribir. Me cuesta mucho sentarme delante del ordenador sin tener una idea y ponerme a redactar. Soy más de meditar antes de acostarme, y dejar vagar la mente hasta que me topo con algo interesante. A partir de ahí, busco una frase final (no suelo escribir nunca sin conocer el final de una historia) y lo demás viene solo.
Eso sí, utilicemos la estrategia que utilicemos, al final siempre hay alguna fase análoga a las descritas en la entrada, aunque sólo sea la referente a la implementación :P
Me ha gustado mucho conocer algunos de vuestros procesos. Es lo genial de los blogs, que siempre aprendemos todos ^_^
Abrazos por doquier y feliz fin de semana :)