jueves, 10 de septiembre de 2009

Vigía

Acababa de comenzar el último capítulo, pero aún no se imaginaba como iba a terminar el libro. Pese a que ya era de los pocos ejemplares que quedaban en la biblioteca, devoró con ansia las palabras hasta que la radio interrumpió su lectura: había captado la transmisión de un mensaje. Con gran pesar, señaló el punto en el que se quedaba y dejó el tomo sobre la mesa.
Lo más probable es que se tratara de una falsa alarma, pero aún así debía realizar las comprobaciones pertinentes. Sintonizó bien la frecuencia y orientó las antenas hacia el punto exacto del cual procedía la emisión.
Esta vez pudo escuchar el mensaje claramente. No cabía duda: en aquella dirección existía vida inteligente. Un cosquilleo le reptó por la espalda. Era una situación muy poco frecuente y por fin sucedía durante su guardia. Tuvo ganas de saltar y gritar de la alegría, pero supo contenerse.
Escuchó nuevamente la transmisión y puso rumbo a las coordenadas registradas. Se trataba de un planeta de tecnología muy avanzada, así que esperó a estar a una distancia prudencial para cargar los láseres. Luego, apuntó a su núcleo y disparó sus armas. En apenas unos instantes, tanto los habitantes como su mundo, pasaron a formar parte del polvo cósmico.
"Una raza menos de la que preocuparse", pensó mientras se obligaba a esbozar una sonrisa. "Un buen profesional sonreiría ante un trabajo bien hecho".
Activó nuevamente el piloto automático y dejó que la nave continuase patrullando el universo. Miró el reloj. Aún quedaban unas horas para que finalizase su turno así que cogió el libro y retomó la historia.
La última frase le dejó con lágrimas en los ojos.

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Este microcuento, aunque es de los más "macro" que he escrito, fue la historia que presenté al concurso de "El planeta de los libros", del que ya hablé hace unos meses. No sé si lo recordaréis, pero era "medio obligatorio" hablar de la radio, las bibliotecas o la astronomía, ya que 2009 es su año internacional. Digo sólo "medio", porque decían que se tendría en cuenta la aparición de estos temas, pero no era estrictamente obligatorio, de hecho, el cuento ganador no tiene mucho que ver con nada de esto, ejem.
Bueno, opiniones y gustos aparte, la cosa es que esta mezcolanza me dio pie a escribir lo que considero mi primer "cuentogota" de ciencia-ficción.
Ya me diréis que os parece.
¡Hasta la próxima!

6 comentarios:

  1. La verdad es que me gusta mucho la idea del cuento, ya que no te esperas que termine así.

    Para ser un género que no te llama mucho, este microrrelato te ha quedado bastante bien ;)

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  2. Estoy de acuerdo con Thanos, mola porque no te esperas ese final: empieza describiendo una situación tan convencional que no te esperas para nada lo que sucede finalmente. Y está muy bien hilado, no queda forzoso.

    A mi me ha gustado :)

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  3. Que mala gente y encima con sentimientos. Menos mal que la tecnología de la tierra es mala, que si nos localiza nos frie. Eso sí, leyendo poemas de amor.

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  4. Es muy buen escrito, me dejó triste, sorprendida, que magia maravillosa tienen las palabras

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  5. El trabajo se convierte en rutina, incluso este :-). Nos volvemos insensibles a las desgracias que vemos a diario y nos emocionamos con la ficción. Nadie llora con un telediario y quien no ha echado unas lagrimitas con alguna peli?. En fin, que me enrollo. Me gusta la idea del relato, por lo que tiene de sorpresa y de realidad. Saludillos

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  6. Estoy de acuerdo con Puck, nos volvemos insensibles ante nuestros propios mecanismos de costumbres. Una pena, porque los sentimientos, los buenos, están también dentro de nosotros, como le pasaba al protagonista. Un abrazo y suerte en la reunión de micros.

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