En general tiendo a ser bastante maniática. No llego al extremo de padecer TOC, pero sí hay pequeñas cosas que no puedo evitar. Compartí unas cuantas hace un tiempo con vosotr@s, pero todavía tengo más...(a lo mejor me lo tengo que hacer mirar). En lo que respecta al mundo de las letras, aquí van tres manías:
- No puedo salir de casa sin mi Moleskine: no entiendo por qué, porque muchas veces, cuando se me ocurre una idea, me da pereza sacar la libreta para apuntarla. En este caso, me repito a mí misma mentalmente la ocurrencia hasta que la asimilo y horas, días incluso, más tarde, paso a registrarla en la libreta si no la he escrito antes en el ordenador. Creo que me gusta llevar siempre encima mis cuentos, junto con un boli, por si las moscas o porque llevarlos siempre conmigo es la única forma de no perderlos (soy tan desastre...). Desde hace un tiempo no me siento muy inspirada para escribir mientras viajo, pero oye, nunca se sabe. Como veis, soy un poco absurda...
- Firmas: me encanta tener firmados todos los libros que tengo. Por supuesto no tengo ni la mitad autografiados, pero me produce una gran satisfacción contar con libros dedicados. Para mí los hace más cercanos, más personales. Siempre que llega la feria del libro de Madrid, doy un repaso a todos los autores y si tengo algún ejemplar de alguno y me cuadra la fecha, allá que voy a por un autógrafo. Sigo pensando que en algún momento debería hacer una entrada con todas las dedicatorias que tengo...
- Cotilleo y deducción: esto es algo que no puedo evitar. Siempre que en el metro se sienta alguien a mi lado que va con un libro, tengo que intentar averiguar qué libro está leyendo. Me fijo sobre todo en el nombre de los personajes y si no aparecen en la página en cuestión, me leo un párrafo entero, con mucho disimulo, a ver si lo identifico. La mayoría de las veces no tengo ni idea de qué libro es, pero cuando consigo identificar alguno, gano un minipunto. Lo peor es que, cuando no sé el libro, tengo que ingeniármelas para ver el título y esto no siempre es tarea sencilla. O bien hay que hacer contorsionismo (sutilmente, claro) o agudizar la vista para leer la portada cuando el lector se levanta. Últimamente es casi imposible saber qué lee cada uno, puesto que la mayoría de lectores de transporte público utilizan ahora libros digitales y así el juego no tiene gracia. Antes podías saber qué libro era bestseller según el número de ejemplares que veías en el metro. Ahora, ni idea.
Bien, pues ahora, para no sentirme tan bicho raro, me molaría que compartieseis conmigo esas manías literarias vuestras. Recordad que no hay censura, así que sacad a la luz vuestras obsesiones más perversas...juajuajua (risa maligna).
Bueno, pues con este post termina la semana literaria de "No me vengas con historias". Espero que la hayáis disfrutado...
¡Hasta pronto, Cuentistas! :)