Futuro incierto

Nuevamente se encontraba frente a una caja. Se acercó a ella ansiosa y la inspeccionó con detenimiento. Se trataba de un modelo muy sofisticado, pero nada que ella no pudiese abrir. Una vez más había conseguido localizar el lugar exacto y burlar las medidas de seguridad. Sabía que el contenido volvería a ser recuperado y guardado, pero esta certeza no le preocupaba. Con el paso del tiempo, descubrir los escondites se había convertido más en un juego que en una obsesión y ella siempre terminaba ganando. Al fin y al cabo, era su destino.
Contuvo la respiración y pegó la oreja a la caja fuerte. Sus dedos, que parecían tener vida propia, comenzaron a revelar la combinación. Faltaba poco. Podía sentir la emoción de veces anteriores, aunque estaba más impaciente de lo habitual. Esa misma mañana había decidido innovar, cambiar su modus operandi, con el fin de saciar su recurrente curiosidad. Por este motivo, y sólo en esta ocasión, dejaría escapar la esperanza en primer lugar.



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Llevaba unos días queriendo publicar un cuento, pero entre las migrañas, los agobios y el maldito estrés que me produce la llegada inminente de los exámenes de junio, no he encontrado un hueco para pasarme por aquí. ¡Lo siento!
En fin, he tenido que tirar de reserva porque esta historia la escribí el verano pasado. Es estupendo que comience ya el buen tiempo porque escribir al aire libre es muy estimulante. Tengo apuntadas montones de ideas para montones de historias, así que espero que este verano sea productivo, jeje.
Espero que os guste el micro. Como siempre, espero vuestros comentarios...
¡Hasta pronto Cuentistas!