He aquí las historias (en orden alfabético) que han participado en esta primera edición (sí, sí, habrá segunda). Muchísimas gracias a tod@s por participar (al final eran 16 participantes, que antes me he colado...). He disfrutado mucho leyendo vuestras propuestas e intentando averiguar quién habría escrito cada cuento. ¡Me he llevado un montón de sorpresas!
Y bueno, para tod@s los participantes, un detallito:
6 A.M - Bu2on
-No me fío de los métodos anticonceptivos. ¿Cuál es la probabilidad de que
falle un condón?¿Un 3%? Sí, es ridícula pero puede pasar. Y todo eso del
anillo vaginal, el DIU, la píldora. No puede ser bueno. Paso de meterme
nada ahí dentro y paso de tomar pastillas. Seguro que dentro de diez años
demuestran que esas cosas producen cáncer. Imagínate que todo falla. Es una
posibilidad entre un millón, pero imagínatelo por un momento. Nueve meses
incubando a un ser humano. Bueno, tú no puedes saber cómo es, eres un tío.
Se te jode la vida. Pero lo peor es…
-Vale. Guay. Oye, si no quieres darme tú teléfono dímelo y ya está.
CARPE DIEM - Iorgeus
Noche oscura. Luna nueva. Ciudad dormida. Calles vacías. Tres campanadas. Café caliente. Pantalla iluminada. Trabajo atrasado. Pantallazo azul. Odio creciente. Teclado golpeado. Estrés aumentando. Llamada telefónica.
- Ahora no.
Click silencioso. Desesperación palpable. Nueva llamada.
- No debería.
Risa nerviosa. Nueva perspectiva. Ordenador desenchufado. Luz apagada. Ascensor llegando. Planta cero. Coche arrancando. Semáforos rojos. Velocidad creciente. Urbanización cercana. Destino alcanzado. Motor apagado. Puerta abierta.
- Te esperaba.
- Hola cariño.
Ropa tirada. Besos húmedos. Espalda arañada. Abrazos intensos. Mejilla besada.
- Debo irme.
- Vuelve pronto.
Puerta cerrada. Aire fresco. Cinco campanadas. Conciencia intranquila. Coche arrancando. Parking privado. Cierre automático. Entrada silenciosa. Habitación oscura.
- ¿Mal día?
- Mucho trabajo. Estoy agotado.
Lágrimas silenciosas. Fueron dos. Ahora ya no.
CRISIS - Álvaro Loman
-La crisis económica internacional hace que nos encontremos en una etapa vital en la que debemos enfrentar nuestra rutina diaria con una filosofía menos derrochadora, prescindiendo así de complementos innecesarios y, a la postre, problemáticos. Dicho esto deberás entender que mi postura en ese tema, y hablando desde un punto de vista puramente funcional, termina por concluir que debo rechazar tu amable oferta.
-Vamos, que no quieres salir conmigo.
-Exacto.
EUTANASIA - Miguel
No volveré a pisar la hierba fresca, ni a sentir la nieve entre mis dedos. No volveré a estrecharte entre mis brazos ni sentirte contra mi pecho. No volveré a tocar aquellas melodías en mi viejo piano ni volveré a correr en busca de mis sueños. Mi corazón dejo de sentir la cercanía de los míos y empezó a hacerse viejo.
Postrado en esta cama, mi eterna jaula corporal reduce mi mente a un único pensamiento. Si cualquier excusa es buena para vivir, porque yo solo quiero morir y dejar de preguntarme: ¿hay vida antes de la muerte?
FANTASMAS - Santamaría
Oigo que lloras tras la puerta del baño. Cuando salgas te veré
callada, con sonrisa como de estar enferma, de daño al fin y al cabo.
Mientras tanto sigo leyendo el periódico, buscando la noticia: local,
sucesos, obituarios, esquelas, debía estar ahí, después de los
pasatiempos, pero no, hoy tampoco publicaron que hemos roto. Cierro el
periódico y miro la puerta que llora, como parece que tardarás, me voy
al otro. Ya te dije que era buena idea comprar una casa con dos baños.
HASTA AQUÍ - Antonio Pecharromán
Frente al espejo, con una mano tapando el perfil derecho de su angulado rostro, Manuela se observa desnuda e inexpresiva, constatando como el tiempo ha pasado y no puede evitar imaginarse con aquel uniforme que llevaba puesto el día en que él se encaprichó de ella.
Un grato recuerdo, o eso llegó a pensar.
Sonríe, no por el uniforme si no por las cadenas que acaba de quitarse de las muñecas y por el reconfortante dolor de unas marcas que le dicen que a partir de hoy no aguantará un “había bebido y no sabía lo que hacía” más, un “si lo hago es porque te quiero” más, un “no volverá a pasar” más, un “perdóname” más, ...
INCOHERENTE - Irene
-Yo no he sido.
-¿Perdón?
-Que yo no he sido.
-¿Me dices a mí? No entiendo...
-Claro que no, sólo quería saber cómo era tu voz, llevo un rato observándote y me preguntaba si sería de terciopelo o ronca de jarabe de tos.
-Y... finalmente, ¿cómo es?
-Ninguna de las dos, así que, bienvenido a mi lista de incoherencias.
Y se fue.
-Bienvenida tú también a la mía...- murmuré sin entender nada.
LA MEJOR RELACIÓN - Miriam
- No quiero hacerte daño.
- Por favor… No me vengas con esas ahora… Vale, no pasa nada.
- Pero…
- De verdad, no pasa nada. Puedes no hacerme daño y seguiremos como hasta
ahora, te lo prometo. No voy a dejarte ahora por soltarme una excusa tan vieja.
Aquella noche, cuando salí de trabajar, como siempre fui a verla. Allí
estaba ella, tan esbelta, tan hermosa… Sin quitarle los ojos de encima
entré en el edificio y me dirigí hacía donde me estaba esperando. Sola.
Ese día, como todos los días, pasé una hora estupenda en la cinta del
gimnasio. Me pregunto si hablará también con otros…
MIS SIETE EXCUSAS - Natiwiki
¿Qué otra cosa podía preguntarle? Estaba claro que si no se me ocurría nada pronto, sólo sería cuestión de segundos. Algo no estaba bien y parecía que era el único que se daba cuenta. ¿Pero qué me hacía recelar tanto? La verdad es que no tenía motivos. Sus formas eran las correctas y su voz tan suave y delicada como siempre... ¿entonces qué? Mis hermanos me miraban furiosos e impacientes, lo que no me ayudaba a concentrarme en absoluto. Sólo cuando el más pequeño se adelantó unos pasos fui capaz de soltar mi última pregunta. Al comprobar aquello que yo exigía, mi hermanito se abalanzó hacia la puerta y la abrió sin dudarlo. Mientras todos corrían aterrados a esconderse, yo me quedé inmóvil, incapaz de apartar los ojos del lobo feroz que nos devoraría.
NO MÁS EXCUSAS - Daniel Sánchez Bonet
No puedo ir porque me encuentro mal. Si eso, quedamos otro día. A las siete, me viene fatal. Lo siento, no pude acudir porque tuve un pequeño imprevisto de última hora. No cuentes conmigo porque no me va a dar tiempo. Justo ese día, creo que tengo un encuentro con una persona muy especial. Hoy no tengo ganas, prefiero estar en casa porque hace mucho frío. Mañana, ya he quedado con alguien ¡Qué lástima porque a esa hora estaré ocupado en unos asuntillos¡ Ya nos veremos algún día o cuando sea.
Sobre el borde del precipicio, el solitario personaje seguía pensándoselo una y otra vez, pero, finalmente, retrocedió unos pasos. Sus excusas, se lanzaron primero.
PERDONA QUE NO ME LEVANTE - Javier Merchante
Se acostó sola, como en las 120 últimas noches, sin extrañar su ausencia. Ya era hora... Un sopor agridulce de copas de verdejo le sumergió en la antesala del sueño. Hizo la raya de suma del día y evocó la tenue sonrisa de despedida con su breve “nos vemos...” Después, todo silencio. Sin más estridencia que su cotidiano aviso, un zumbido delató su presencia. Él era así. Siempre de improviso, buscando su cuerpo, pura fidelidad, alimenticio instinto, buscando su sangre... Incapaz de movilizar su consciencia se entregó una vez más a su indolente suerte. Con una leve disculpa se despidió de él hasta mañana: “Perdona que no me levante, dejé el aerosol en la cocina, mañana nos vemos”.
PÍROLAS - No Comments
A Jaimito se le acababan las excusas que convencieran a su profesora de literatura. Al principio del curso, servían las habituales pérdidas de autobús, los fallos inoportunos en el despertador de su madre y las visitas al médico. Pero ahora ya se acercaban los exámenes finales y debía agudizar su ingenio. Esta misma mañana, el pretexto fue que se había dedicado casi toda la noche a leer “El Dinosaurio de Monterroso”.
VIVIERON FELICES Y COMIERON PERDICES - Thanos Malkav
No ha sido culpa mía. La situación se había vuelto insostenible y no había mucho más que pudiese hacer. No me quedaba otra salida. Hace años que sabía que esto terminaría pasando. Por mucho que lo repitiese una y otra vez, nunca me hacía caso. ¿Por qué las cosas siempre terminan mal? ¿Tan difícil hubiera sido respetarme un poco? ¿Acaso no me merezco un poco de atención y cariño como todo el mundo? Si, ese era su problema, tenía amor para todos menos para mí. Espero que hayas aprendido la lección puta.
- ¿Se sabe quién ha sido? – dijo el consejero observando el cuerpo inerte de la princesa.
- Su marido, el príncipe azul. Ahí sigue murmurando como un loco…
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Espero que los hayáis disfrutando y que al año que viene volváis a animaros...
Un abrazo a tod@s, Cuentistas :)
Me han gustado mucho "Incoherente" de Irene, y dos que tratan el mismo asunto de diferente forma, "Crisis" y "6 A.M."
ResponderEliminarOh yeah!
ResponderEliminarUn gran nivel para esta primera edición :)
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