jueves, 26 de abril de 2012

Semana del libro: "Tres clásicos"

Hoy, cuarto día de nuestra semana del libro, voy a hablaros de libros clásicos. Los libros clásicos son un poco puñeteros, porque ya llevan una etiqueta ("clásico" es una palabra con trampa) y uno siempre los coge con grandes expectativas (mucho "hype" que dicen por ahí). Error. Muchos son un truño como un puño, pero claro, también los hay estupendísimos, así que al final hay que leerlos, o al menos empezarlos, para discernir lo bueno de lo malo y si se critica, que al menos sea con criterio. Aquí van mis tres elegidos:

Jane Eyre de Charlotte Brontë


No es que Jane Eyre sea el mejor clásico que he leído, pero sí que fue el primero y no me pareció ni tan horrible ni tan sesudo como esperaba. Una simpatizaba con la protagonista enseguida y había un misterio que se desvelaba al final del libro. Lo leí con catorce años y me animó a perder el miedo a los grandes autores. De este modo leí obras como "Grandes esperanzas" (ni frío ni calor), "El viejo y el mar" (huid insensatos) o "La vuelta al mundo en 80 días" (éste me gustó bastante). Siempre pensé que leería "Cumbres borrascosas", de su hermana, que es más conocida, pero hasta la fecha no me he animado. Ya veremos...



Increíble. Mira que no me gusta leer teatro (prefiero verlo), pero esta obra me maravilló. No por la historia en sí sino por la cantidad de frases que son "para enmarcar". Hamlet es una obra detallista: cada diálogo es una pequeña pieza de platería. Me gusta apuntar frases de libros que leo, pero con Hamlet, después de transcribir las diez primeras decidí que sería mucho más sencillo comprar el libro directamente (lo saqué de la biblioteca). Absolutamente recomendable.

La isla del tesoro de Robert Louis Stevenson


Éste es el libro más reciente que tengo de los tres mencionados, ya que lo leí hace un par de años. Si por aquel entonces seguíais mis lecturas recordaréis que me encantó. "La isla del tesoro" ha sobrevivido al olvido por un motivo: porque es buenísimo. Está bien narrado, tiene una historia interesante y no se anda con florituras, va directamente al grano. Es un libro de aventuras lleno de acción, sin pretensiones sin ser más de lo que es y con un trato sencillo hacia el lector que lo convierten en una obra totalmente atemporal. 

Mi propósito para este año es leer más autores clásicos y ya tengo en mi lista uno de Dickens, para celebrar el bicentenario de su nacimiento, y otro de Twain. Wilde ha resultado ser un poco pedante para mi gusto, así que si vuelvo a leerle será en formato de cuento infantil (resulta que un cuento que me gustaba mucho de pequeña, "El príncipe feliz", es suyo). Recordad que los clásicos los hacéis vosotros porque, al fin y al cabo, tienen esa denominación por haber gustado a mucha gente, durante muchas generaciones.
¿Cuáles son esas tres obras clásicas significativas para vosotros, Cuentistas? También se admiten comentarios sobre tres clásicos que no os hayan gustado un pelo, ya sea por soporíferos, pomposos o porque os obligaron a leerlo...
¡Hasta mañana, Cuentistas!

3 comentarios:

  1. Ay qué difícil sólo tres! A ver...
    Tres del canon que sí:
    Poema de Mío Cid, el Quijote y Madame Bovary.
    Dejé tanto clásico afuera que me da vergüencita. Saludos van!

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  2. Pues "La isla del tesoro" en todos los aspectos es mi libro favorito, siempre he dicho eso desde que lo leí y todavía nadie le quita el puesto. A parte, Lovecraft lo descubrí verdaderamente hace pocos años y me encanta, cualquiera me vale. Y por último te dejo las obras completas de Poe y Verne.
    Shakespeare es grandioso, coincido con lo que dices.
    Alguno que no me guste... déjame que piense... !Cielo Santo! no tengo libros que no me gusten. Menudo descubrimiento. Pues eso, ninguno.

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  3. Coincido en que hablar de 'clásicos' resulta problemático. Muchas veces es difícil acomodar nuestra mirada a la de la época en que la obra fue escrita, en otras nos falta bagaje (referencias culturales, técnicas narrativas, costumbre de leer obras exigentes) para disfrutar de ellos, y en otras (opino que las menos) sí se puede sospechar un fenómeno de sobrevaloración, pero sin cerrar la puerta a que sea el lector el que todavía no da la talla para el libro.
    Cada uno sabe qué libros le hicieron realmente disfrutar mientras los estaba leyendo aunque, como pasa con el aprecio del resto de disciplinas artísticas, el esfuerzo y el conocimiento tienen su recompensa. Muchas veces tanto mayor cuanto más exigentes los requisitos.
    Tres clásicos que me encantaron:
    En busca del tiempo perdido: siete tomos, miles de páginas, y sin embargo te sumerges en la lectura y lo que parecía una montaña imposible va pasando sin darte casi cuenta salvo por lo mucho que te está gustando.
    Las mil y una noches: el cuento de los mil cuentos, ¿qué más se puede pedir?
    Yo, Claudio: el libro que definitivamente hizo que dejase de pensar el los romanos como los malos de Asterix y pasase a profesarles respeto y admiración. Además es apasionante.

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