Imagen de Depropio |
Baja las escaleras del hogar en el que habían sido felices y desanda, a modo de despedida, su amor a lo largo de la costa.
En el puerto, un día de junio, el capitán de un gran barco les había casado. Unos metros más allá, en la orilla donde reposa el nácar, se habían entregado el uno al otro por primera vez, entre la niebla y el baile de los cangrejos. Al final del saliente de piedras, en el faro, se habían dado su primer beso, a plena luz del día, pero sin que nadie les viese. Y en lo alto del acantilado, en la taberna donde ella trabajaba, se habían conocido una noche lluviosa mientras Mar cantaba una canción triste.
Ya no es una playa de arena y olas, ahora es una playa de recuerdos, y desde que echar las redes al océano se había convertido en una imprudencia, ella siente la necesidad de marcharse muy lejos, a un lugar donde el agua no pueda volver a arrebatarle la dicha.
Sumergida en estos pensamientos pisa sin querer un par de caracolas. Con cuidado, recoge la única que no ha sido aplastada y pega el oído a ella. De entre los susurros de sal consigue escuchar una voz cálida, familiar, que afirma con fuerza: “Te veré pronto”. Mar, furiosa, la lanza con fuerza de nuevo al agua. No sabe distinguir si el mensaje procede del padre o del hijo que crece en su vientre.
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He aquí la tercera parte del "Proyecto Liquen", en respuesta a la segunda parte que me planteó Depropio la semana pasada.
Estoy emocionadísima con el proyecto. Me encanta ir descubriendo por donde se va encauzando la historia y tengo la certeza de que aún nos depara muchas sorpresas... La cuarta parte, la semana que viene, en el blog de Fernando.
¡Feliz semana, Cuentistas!
P.D. Por si te perdiste las otras entregas:
- Liquen I: Hombre de Mar
- Liquen II: Hombre de arena
Precioso Marina, Depropio y tú estáis llenos de poesía. Esa primera frase: "desanda, a modo de despedida, su amor a lo largo de la costa", introduce con suavidad la historia que se va desgranando a pinceladas a continuación. Un final con susurro de caracola excelente, también.
ResponderEliminarAbrazos
Gracias Puri. Parece que esa frase ha gustado...jejeje.
EliminarBesos achocolatados ^_^
Una simbiosis muy poética, tanto la foto como el texto engranan perfectamente. Una historia llena de imágenes.
ResponderEliminarUn abrazo a repartir
Temía que el liquen de esta semana hubiese quedado un poco ñoño. No sé si he conseguido o no mi objetivo, pero sin duda el adjetivo "poético" suena mucho mejor :)
EliminarGracias Ana por pasarte ;)
¡Besos!
Recibido tu guante, Marina, llevo todo el día pensando cómo responder. Se intentará estar a la altura de tu entrega, lo que es difícil...
ResponderEliminarEnhorabuena. Besos mil
Ay, ¡qué ganas tengo de leer ya el cuarto liquen! ¿Todavía no es lunes? Jo...
Eliminar¡Besetes!
Para desandar el amor tendría que quitarle los recuerdos a la playa. Volver a ver la playa como lo fue antes y como seguirá siendo, una playa en la que pueden comenzar nuevas historias.
ResponderEliminarBueno, eso le diría a Mar.
Me encanta la historia, Marina.
Un abrazo!
Está claro que a Mar le encantaría tener una amiga como tú. Es un consejo muy sabio.
EliminarMe gusta que te guste.
Un beso!
Está claro que a Mar le encantaría tener una amiga como tú. Es un consejo muy sabio.
EliminarMe gusta que te guste.
Un beso!