Nómadas

Papá solía morirse dos veces al día: una por la mañana, a eso de las doce, y otra pasadas las siete de la tarde. Mamá siempre lloraba desconsolada y juraba entre gritos desgarradores que no descansaría hasta vengar su muerte. En total, dos horas de drama en el que participaba toda la familia. Yo me ocupaba de limpiar la sangre, fregar los cuchillos y zurcir los trajes rotos. Después, cargábamos todo de nuevo en la carreta y nos alejábamos del pueblo como si nada hubiese pasado. Fueron buenos tiempos. Luego llegó el cine.

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Este ha sido mi primer micro de la temporada 2010-2011 de Relatos en Cadena. Mañana conoceremos los nuevos textos ganadores y la siguiente frase de inicio, que espero sea tan buena como ésta. Me hubiese gustado escribir una historia de temática más fantástica, pero al final, quiso nacer "realista". Está claro que los microrrelatos a veces son de lo más rebelde...
¡Ya casi es viernes, ya casi es viernes!