Esta mañana, en un descuido, me he caído dentro de tu taza de café.
He tratado de advertirte por medio de gritos y aspavientos pero tú, totalmente abstraído en tu móvil de última generación, me has respondido con una lluvia de azúcar. Sin saber muy bien cómo, he conseguido nadar hasta la orilla y aferrarme al resbaladizo borde de cerámica, evitando así morir ahogada por el vórtice que has creado con la cucharilla. El miedo a ser tragada me ha dado las fuerzas necesarias para moverme a una posición más segura, cercana al asa.
Cuando has comenzado a beber he quedado a la altura de tus ojos, pero te las has apañado para no desviar la mirada de tu dispositivo electrónico y no he conseguido que me vieras. He optado entonces por un plan de ataque más agresivo: en el siguiente trago saltaría sobre tu nariz y, si fuera necesario, pensaba escalar por tus mejillas y tirarte de las pestañas. Sin embargo, el sube y baja entre sorbo y sorbo ha terminado de marearme por completo y me he visto incapaz de llevar a cabo semejante hazaña. Afortunadamente, el vómito que no he logrado retener ha quedado oculto entre las migajas de galletas que aún tenías en el platito.
Exhausta, empapada y algo descompuesta, me he arrastrado por la mesa de la cocina, sorteando magdalenas y traicioneras manchas de mermelada, para sentarme en la silla que está frente a ti. Ni por esas has advertido mi presencia, así que, frustrada, me he levantado a guardar el cartón de leche fría en la nevera, chorreando a cada paso, sin entender nada de lo ocurrido e incapaz de pensar en otra cosa que no fuera que es una suerte que tomes el café templado.
Cuando finalmente has bloqueado la pantalla del teléfono, te has sobresaltado al verme de pie, justo a tu lado, y llevándote la mano al pecho has susurrado un: “Joder Carmen, ¡qué susto!”. Luego, como si nada, me has dado un beso en la mejilla, has cogido las llaves del coche y te has ido a trabajar.
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Esta historia fue escrita en septiembre del año pasado y se había quedado aletargada en mi ordenador y mi libreta a la espera de futuras correcciones. Hace unos meses Javier Merchante me invitó a participar en su propuesta de locución microrrelatiana, el proyecto EnRedados y vi la oportunidad para retomar el cuento. No podéis imaginar la ilusión que me ha hecho hoy descubrir que mi micro ya formaba parte de La Taberna del Callao...y menudo lujazo.
Desde "No me vengas con historias" me gustaría agradecer a Antonia Zurera su sentida interpretación, a Ana María Ranieri sus fantásticas ilustraciones (¡qué sorpresa más agradable!) y a Javier por todo, por ser el cerebro de la trama y por haber pensado en mí para unirme a un proyecto tan bonito. ¡Gracias de corazón!
Aquí os dejo el vídeo y os pediría que los comentarios los dejaseis en la Taberna, de donde lo he tomado prestado, que ya es fin de semana y es donde mejor se está.
Cefeína from Javier Merchante on Vimeo.
Antes de marcharme os dejo el enlace a todos los audios del proyecto, para que podáis degustarlos todos.
¡Buen fin de semana, Cuentistas!
Pues hacia allí vamos.
ResponderEliminarUn saludo.
¡Genial! Plas, plas, plas :)
ResponderEliminarLa verdad es que la combinación de tu texto con las ilustraciones, la locución y el montaje en general ha quedado muy bien.
vengo a dejar mi saludo y mis felicitaciones desde la casa de Ana.
ResponderEliminarabrazos*
Desde luego, Acuática, el relato es todo un ejercicio de artesanía sobre la invisibilidad en la pareja. Consigues que los lectores empaticemos con esa angustia que siente la mujer en la taza. Le has dado un tinte fantástico que como lector llego a aceptar, ese crecer de la mujer en tamaño hasta nos entra sin arañar. Felicidades por los amigos que te han ilustrado, leído y montado el video. Los dibujos de Ana María son muy visuales, gratos y acompañan perfectamente el "cómics". La interpretación de Antonia, poniendo su particular voz, acentúa las frases, vivifica el texto. Un buen trabajo e idea de Javier Felicidades a los cuatro por este regalo que nos hacéis.
ResponderEliminar(Aprovecho el mismo comentario para ponerlo en vuestros blogs).