miércoles, 27 de junio de 2012

Soplos

La pequeña Isabel comienza a impacientarse: primero el tráfico en la autopista, luego las calles cortadas por obras y ahora todos los semáforos en rojo. La niña se queja de que no llegará nunca a su fiesta y su padre la anima a soplar al disco para que cambie de color. Isabel inspira profundamente y exhala una bocanada de aire hacia el semáforo, que se abre de inmediato. La pequeña complacida, sigue lanzando soplos a las luces rojas que les obstaculizan el camino. Todas sin excepción cambian instantáneamente a verde y en unos minutos padre e hija están en la fiesta de cumpleaños narrando la anécdota a los invitados. Ellos piden a la niña que demuestre su habilidad como sopladora e Isabel les complace apagando las cinco llamitas de su tarta de un solo soplido. Todos ríen y aplauden, menos el abuelo, que ha sido el único en percatarse de que las velas rosas que decoraban el pastel son ahora de un intenso color musgo.

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Pues éste es el soplo que el pasado domingo 24 voló junto a otros tantos en el "Vendaval de microrrelatos 2012". No es exactamente la misma versión que está allí, pero me gustaba un pelín más largo y las bases no me dejaban sobrepasar las 150 palabras. Para variar me pilló liadilla y no he podido leer todos los micros, pero estuve al loro y leí unos cuantos. Os recomiendo que os deis un paseo por allí para disfrutar de soplos estupendos.
¡Hasta pronto, Cuentistas!

3 comentarios:

  1. Cuidado con esa aprendiz de bruja que con su apariencia inocente pasa inadvertida. Este micro bien podría ser el inicio de un relato mucho más largo.

    Es una fiesta fantástica lo del Vendaval.

    Abrazos.

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  2. Magia blanca. El abuelo no tiene nada que temer.
    Gran soplo, Acuática.

    Besos.

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  3. Es un buen soplo, y sí, sin límite de palabras queda más redondito. ¡Ay!, los abuelos, que ven con los ojos de la proximidad.

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