Otoño

En cuanto termina el verano, las calles comienzan a llenarse de hojas. Cierto es que cada año hay menos, pero recogerlas y clasificarlas es un trabajo que siempre lleva varias semanas. Niños y adultos suelen echar una mano en la tarea, aunque no todos son igual de cuidadosos y durante este periodo es posible ver a Don Quijote pasear a sus anchas por las bulliciosas calles de Macondo o sorprender al Capitán Nemo acuchillando furioso su retrato. Los bibliotecarios, no obstante, agradecen cualquier ayuda que les permita recomponer las centenas de libros deshojados que aún no gozan de encuadernación perenne.



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Cuenta la leyenda que en este blog se colgaban microrrelatos... Siento mucho la sequía, apenas escribo últimamente así que tampoco tengo mucho que compartir. Este micro lo escribí hace un par de meses y lo mandé a Wonderland (y también a la Microbiblioteca, porque le veía posibilidades), sin mucho éxito, pero me gusta cómo me quedó y quería compartirlo con vosotros. Este verano, si el proyecto fin de carrera me lo permite, escribiré montones de micros y reservaré unos cuantos para tener algo que mandar a la Microbiblioteca y a Wonderland.

Ay, qué de concursos y qué poco tiempo para participar en ellos...
¡Hasta pronto Cuentistas!