martes, 28 de junio de 2011

Segunda edición NMVCH: ¡Participantes! (2ª Parte)

Aquí van los siguientes 10 participantes...¡disfrutad de la lectura!

El nombre de las cosas - Manu Espada
El Gobierno despidió al funcionario que inventaba las palabras. Siempre me pregunté por qué un “cuento” se llamaba así, y no “voltereta”, una voz más dinámica. ¿Y por qué a “mentira” no podía haberle puesto un vocablo gris, como “hormigón”? A “ficción” debería haberla bautizado “libélula”, un término más estético. Desde que echaron al funcionario, el país era un galimatías. Mi madre llamaba telmad al masgrox que caza tracllos, en cambio, mi hijo le decía jelmior, y mi tío, higoptro. El Ministerio convocó unas oposiciones. Me presenté y saqué el número uno. Me inventé neologismos, cambié nombres viejos y rebauticé las cosas de una manera justa, de modo que todo lo que sale en esta voltereta es hormigón. Pura libélula.

Contradicción - Mónica María Brasca
Odio las circunstancias que se lo permitieron. Y la violenta historia de decisiones infelices, de soberbia armada de uno y otro lado. Como mujer, a ella no se lo perdono. Pero a papá no puedo odiarlo. Al él, que me regalaba muñecas y me leía cuentos. Me llevaba al pediatra, a la escuela y —con mil recomendaciones— a inolvidables fiestas inocentes. Al que le oculté mi primer novio. Y que calló durante más de treinta años la causa de mi eterno dolor de oídos.
No puedo detestarlo, aunque haya arruinado mis tímpanos en el operativo en el que asesinó a mis verdaderos padres, se apropió de mí, e hizo desaparecer mi identidad hasta este día revelador, el de su muerte.

Vergüenzas - Lola Sanabria
El niño más guapo del colegio me preguntó si la señora de la puerta era mi madre y yo lo negué. Me salió una mentira en la uña. Si me la pintaba, ella me quitaría la pintura con acetona. Pensé en pillármela con la puerta para que se pusiera negra, pero fui cobarde. Para tapar esa mentira le conté otra, y luego tuve que contarle otra, y después otra. El día que me cortaba las uñas, la tenía toda blanca. La acarició con su dedo corazón, luego me dio una cucharada de calcio 20, la única medicina que me gustaba.

Cuestión de confianza - Juan Naranjo García
Para Elisa la base de una buena relación de pareja es tener momentos de intimidad, un pequeño espacio en el que ni siquiera su marido pueda entrar. Ella, por ejemplo, todavía esconde las fotografías de sus novios de juventud en una caja de zapatos. Y como es consecuente, a su esposo también le permite tener sus pequeños secretos. Por eso no se preocupa cuando le nota deslizarse fuera de la cama a medianoche. Ni se angustia cuando le escucha vestirse en el salón y salir a hurtadillas por la puerta de casa. Ni se inquieta si al día siguiente está ojeroso, o si descubre sangre seca en sus zapatos. Simplemente los recoge y los limpia cuidadosamente, hasta la próxima ocasión.

Infidelidad mutua - Nicolás Jarque
Entró con el pie cambiado en aquella cafetería, a esperar a su amiga especial de los jueves con la idea clara de confesar. Sin sospechar que al otro extremo una mujer rubia a la que conocía muy bien se divertía con un jovencito muy bronceado. Cuando la vio, quiso morir, por él y por ella, pensó también en desenmascararla y lo hubiese hecho, sino hubiera sido porque su amiga especial entró con la mejor de sus sonrisas para devolverlo a su mesa. El miedo se mezcló con la rabia y se olvidó de su amiga, de confesar y de pedir consumición. Por eso se las arregló para salir él solo del local dejando que sus secretos revolotearan.

Sopa de letras - Javier Merchante
"....Luego se dejó caer sobre el almohadón y, deslizando la cadera, elevó las piernas para reposarlas sobre el colchón. No tardó en dejar de mirar el blanco borroso del techo, único telón de sus sueños. Esbozó una leve mueca cuando recordó que no se había cepillado los dientes. ¿Para qué...? No reparó en nada más. Obscuridad absoluta en el más negro vacío del alma, sumergida en el pantano de la noche. A puñados había cerrado el círculo de sus desdichas con largos tragos de agua, dejando que los cuarenta comprimidos hicieran el resto. Al día siguiente, nadie llamó a Urgencias."
-Ya está -musitó; y pulsó ENVIAR.
Le había prometido a su marido que no le contarías más mentiras, sólo las escribiría.

Justicia - Tdspts
Solía repetirse que no era mala persona, pero sólo se sentía aliviado cuando tal afirmación provenía de otros. Levantó la mirada hacia el chico. Notaba su respiración acelerada a través de la bolsa de tela. Su cuerpo temblaba de manera casi imperceptible y, si se prestaba atención, se le podía oír sorber por la nariz. Sería por el frío. Pensó brevemente en errar pero, ¿y si alguien se daba cuenta? La incertidumbre no le dejaría conciliar el sueño. Y a fin de cuentas, sólo cumplía órdenes. Era su trabajo. Ni siquiera lo había elegido. Cuando el capitán dio la orden, no pudo sino ejecutar la sentencia. Los ojos del chico no volvieron a abrirse, ni los suyos a cerrarse.

Besos en falso - Ángeles Sánchez
La aguja se clavó en su dedo. La rueca crujió ante la visión de una niña que tejía sus anhelos con hilo de plata sobre lino. Durmió ausente a las peripecias del príncipe que andaba de pueblo en pueblo besándolas a todas. Con los años llegó a su alcoba. Tras el beso, se le cerraron aún más sus nacarados párpados. Tal vez, más allá del fin del cuento. O era otro cuento, no sé.

Sé que mi mujer fuma a escondidas, pero yo no le digo nada, únicamente me limito a esconderle los mecheros. Esta batalla sin tregua comenzó hace un año cuando le di un ultimátum a su vicio: “El tabaco o yo”. Ella tomó la decisión al instante.

Que sí cariño que no voy a levantarte la mano nunca más. Ya verás, fíate de mí. Qué yo sólo quiero estar a tu lado. Te prometo que tampoco voy a volver a beber, ni a ponerme celoso cuando hables con tus amigos. Vamos a sacar esto adelante, ya verás como sí. Podemos ser muy felices y lo sabes. Mañana mismo pienso llevarte una sorpresita al trabajo y no dejaré de hacerlo hasta que me perdones. Voy a hacerte la mujer más feliz del mundo. No lo dudes. Todo esto va a cambiar… te lo prometo.
A pesar de llenarse la boca con todas sus mentiras, a Armando, aún le quedó valor para decir una más.
La mayor de todas. 

¡Hasta mañana a la misma hora! ^_^

4 comentarios:

  1. Renuevo mi agradecimiento por esta generosisíma actitud, querida Acuática

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  2. Más de un editor se congratularía con esta decena de autores para publicar una antología de micros. La verdad es que has sabido reunir a lo mejorcito de este género, y eso es un mérito increíble, Acuática.

    Enhorabuena de nuevo,
    Hank

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  3. Para que luego digan que los microrrelatos están en decadencia. Yo aquí en este mundo blogistico compruebo que no, hay mucha calidad.

    A seguir escribiendo y Acuática gracias por esta convocatoria e ir promocionando los microrrelatos.

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  4. Me gustan todos, pero en especial el de Lola Sanabria y el de Juan Naranjo.



    Saludos

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